Amapolas
Los momentos de felicidad en la vida
son como las amapolas: sólo se ven durante
unas semanas al año y no es aconsejable
irlas a buscar al mismo lugar donde
las encontraste la vez anterior,
porque seguramente ese año no haya ni una.
Esos instantes dichosos están llenos
de luz y brillo, lo que les hace destacar
sobre el gris de la existencia,
igual que las apamapolas destacan en medio del verde,
como jamás lo lograrán las sosas margaritas o
los prosaicos rabanillos amarillos,
demasiado abundantes y cotidianos
como para reparar en ellos.
E igual que los buenos momentos,
las amapolas no aguantan que las cortes,
ni el agua de un jarrón:
hay que disfrutar de su belleza efímera,
pero deslumbrante en el momento,
en medio del campo,
y después dar media vuelta y seguir andando.
Mil gracias Cricri.
0 comentarios