Hongos
Hace mucho tiempo, un joven ermitaño descubrió una cueva.
Lo primero que encontró en la cueva fueron gemas. Su luz y belleza le llenaban de alegría y felicidad. Más tarde, descubrió que en la cueva también había setas y si había setas, era porque había hongos.
Poco a poco, el fulgor de las gemas comenzó a dejar de serle suficiente y las setas no le facilitaban la vida en la cueva.
Durante largo tiempo trató de erradicar las setas, pero no lo consiguió.
Un día creyó encontrar la forma de acabar con las setas y lo llevó a cabo, pero muy poco tiempo después se dio cuenta de que las gemas ya no le aportaban lo que él esperaba de ellas, por lo que decidió abandonar la cueva.
De vez en cuando, aún ahora, se pregunta si consiguió erradicar las setas y si la cueva se acuerda alguna vez de él.
2 comentarios
Usul -
Muchaas veces escribo "en clave". Si realmene supieras porqué es el relato, tal vez alucinarías un poco.
^-^ un besote capuccino.
Argemis -